Trabajo de Esther Montero Pérez de Tudela en la Revista Electrónica de Criminología que mantiene que para la alianza terapéutica en prisión es básica la confianza entre profesional e interno, en la que juega un papel esencial la confidencialidad. No obstante, “dadas las características de la población penitenciaria, a menudo el profesional del tratamiento puede verse enfrentado a situaciones en las que la relevancia penal de las informaciones vertidas por el interno le obligue a cuestionarse los límites de la confidencialidad”. La autora se plantea qué sucedería si un interno revela a un sanitario cuestiones desconocidas por el sistema de justicia penal como la comisión de otro delito o la existencia de una víctima no identificada por la policía, y el dilema sobre si debería el profesional dar parte a las autoridades competentes. En el artículo se analiza la importancia de la confidencialidad como requisito para establecer una relación terapéutica, el concepto, alcance y límites del secreto profesional, así como su regulación en algunas profesiones, para abordar finalmente su extensión y posibles limitaciones en el ámbito penitenciario.